Por María Luján Costa

La cuarentena, una aproximación desde el feminismo popular y el campo de la subjetividad

El tema que nos tiene a todes en atención y tensión, el virus minúsculo que en poco tiempo cambió nuestras vidas y nos llevo a recluirnos, también me acercó  a leer varios artículos sobre el tema. Sabemos que el coronavirus no afecta de la misma manera según a que identidad sexo genérica pertenecemos, tampoco a que raza, a que etnia, a que clase social o en qué lugar vivimos, si tenemos un techo o estamos en situación de calle, si tenemos un trabajo registrado, si vivimos de productos que fabricamos y vendemos, si trabajamos de manera autónoma o simplemente de changas. 

Un dato me llamó la atención, dos artículos planeaban que el Covid-19 tiene una tasa de mortalidad más alta en cis varones adultos mayores de 50 años   . Más allá de los argumentos biológicos que consideran que ciertas características de los existenciarios masculinos cis generan  más propensión a la mortalidad; considero también que factores sociales pueden generara algún componente que impacte en las estadísticas.

Pensemos ahora cuales son los requisitos para evitar el contagio de coronavirus: alimentación adecuada, hidratación, higiene y aislamiento, recluirnos en nuestras casas (quienes contamos con un espacio al que consideramos nuestra casa), pauta que nos lleva a replantear muchas tareas, a dejar de ser productives al modo mercantilista y capitalista, en el mundo público y racionalizado. 

La división sexual de la cuarentena está creando un nuevo orden mundial para los mundos público y privado. Las masculinidades tradicionales ingresarán masivamente al ámbito privado sentimentalizado. Asimismo los modos de subjetivación de esta población generará resistencias, los varones mayores siguen circulando por el mundo público hasta las últimas consecuencias, negándose a resignar el ámbito que les pertenece. Quienes están mayoritariamente muriendo por covid-19 los varones mayores, a su vez y por el modo de constitución del psiquismo tienen mayores dificultades para habitar el mundo privado. A esto se suma que son también quienes realizan menos consultas médicas y a quienes el mandato de ser productivos los lleva a convertirse en “varones máquinas”, desoír los síntomas y las señales que el cuerpo da ante malestar o agotamiento; el mandato para estos varones es “aguantar”, producir y ser fuertes, por lo que llegan a las consultas medicas cuando el problema de salud esta generalmente muy avanzado, siendo muy poco habituales las practicas de prevención. 

En las nuevas generaciones de masculinidades, con el impulso desde los movimientos feministas, hay una habilitación a construir vínculos de cuidados y autocuidado, como base para la redistribución en tareas de cuidado, crianza, vínculos de pareja más equitativos y la erradicación de la violencia como modo de expresión.

En otros existenciarios, en especial los femeninos, la ética de cuidado y autocuidado están más desarrolladas, como así también la capacidad de habitar día tras día el mundo privado, lo que genera una subjetivación de pasividad, acatando más fácilmente el mandato de “no salir”, ¡Cuidado con esto! Corremos el riesgo romantizar la cuarentena y el mito de la pasividad femenina. 

Es importante que este dato no invisibilice que, aunque los existenciarios femeninos mueren menos por covid-19, están en mayor riesgo, por factores como precarización laboral (dado que se reducen las actividades económicas y de subsistencia, especialmente de las trabajadoras informales) y/o por encontrarse aisladas con quienes ejerce sobre ellas violencia de género (con los varones violentos todo el día en casa, se desarman las redes seguras que se construyeron entre las mujeres en los barrios, generando menos posibilidades escapar de la situación de violencia). 

Al estar todes en casa todo el día, las mujeres también aumentará exponencialmente el tiempo que dedicarán a cuidados, crianzas y tareas domésticas, a esto se suma la preocupación para quienes tienen en sus casas, niñes que hasta ahora recibían una o más comidas en los comedores escolares o barriales. 

Los sectores de mas vulnerabilidad están habitados mayoritariamente por mujeres cis y trans, el impacto económico es en plus para ellas.

Considerando el difícil contexto, quienes tenemos la posibilidad utilicemos la cuarentena para repactar contratos familiares, redistribución de tareas del hogar, cuidados, crianza y autocuidado.

Sostengamos también, según nuestras condiciones de posibilidad,  contacto con las mujeres que pueden estar en riesgo. Consideremos que espacios zonales van a contar con guardias de atención, quienes en los barrios cuentan con teléfono e internet. Prestemos atención a medidas y políticas públicas de emergencia para compartirlas con nuestras compañeras. Como podamos, sostengamos estas redes que construimos, mantengamos los lazos.

Marzo, 2020

Referencias Bibliográficas:

  • Fernández, A.M. 1993. La Mujer de la Ilusión. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
  • Ingrassia V., 2020. El Perfil de los muertos por coronavirus: mayores de 60 años y con problemas de salud. Infobae. Recuperado en: 

https://www.infobae.com/america/mundo/2020/02/21/por-que-el-coronavirus-mata-mas-a-los-hombres-que-a-las-mujeres/

Imagen: Gabriel Palacios. Fotógrafo – Escuela de Arte Fotográfico de Avellaneda. Talleres de formación con Alberto Goldstein, Valeria Bellusci, Pablo Garber y Juan Travnik. Entre sus principales trabajos, se destacan ensayos fotográficos en el Instituto Román Rosell y en distintas comunidades originarias en América Latina. Actualmente, está desarrollando un trabajo sobre el aislamiento social, ¨El devenir incierto ¨, y ¨Yuxtaposición¨, del cual se desprende la imagen que acompaña el presente artículo. Instagram: @fotosintesis.gp